Who let the dogs out? Ángel López-Montero en OCCO Art Gallery
Who let the dogs out?
En un rincón poco domesticado del arte plástico con tintes urbanos madrileño, Anhell Dog (Madrid, 1981) propone una narrativa visual que resiste con la pulcritud del trazo pulido que el óleo sobre tela permite, presentando cruces entre referentes de la cultura popular (sobre todo, musical o audiovisual) y técnica minuciosamente aprendida mediante el esfuerzo y la repetición. Actualmente, Ángel López-Montero crea sobre todo con óleo y spray pero en su proceso de aprendizaje experimentó desde con tinta de tatuar hasta con lápices en colores en cajita.
Siempre
activo en el circuito artístico contemporáneo, durante el mes de julio formó
parte de la exposición colectiva de verano en OCCO Art Gallery (Calle de Espalter, 13). Rodeado de obras de Alejandro González; Carlos Saura;
Javier Guadalupe; José Antonio Urosa, y Macu Ruz ha exhibido cuatro pinturas de
óleo sobre tela. Quisiera detenerme durante un momento en el montaje y
comisariado de la exposición.
El diálogo entre las cuatro salas y los espacios de paso es notorio e influye positivamente en la visualización de las obras. Se agradece ese sutil hilo narrativo entre obras muy disímiles que permite unir en nuestra percepción obras de mayor a menor realismo y figuración. A medida que avanzamos nos encontramos con piezas de Mimí Durá; Saúl G. Corona; Juan Ignacio de Frutos; Berta Giner; Lidia Romeo, y Pilar Estrade.
Las
obras mencionadas de Anhell forman parte de la primera sala; y tienen por
vecinos a otros pintores con gran dominio de sus técnicas.
Figuras humanas reconocibles conformadas por pinceladas abiertas (cuyos
modelos, según el relato provisto por el personal de
galería, son personas del círculo íntimo de los
artistas), junto a otras más cercanas al pop que
comparten espacio en el lienzo con objetos de colores estridentes como juguetes
plásticos. En todo caso, abunda la calidad formal y las
buenas ideas en formatos intermedios tendientes a grandes, y proporciones
humanas minuciosas estudiadas.
El
término "figuras antropomórficas" puede aplicarse a animales cuando
estos adquieren características humanas, como hablar, caminar erguidos, vestir
ropa, o mostrar emociones y pensamientos complejos como los humanos. Los
animales que más se repiten en la producción de Anhell son los perros: perros
raperos, otros imbuidos en el universo de Stars Wars (o, mejor dicho, “Star
Paws”), y perritos y perritas que simbolizan conceptos más universales donde
aparecen en forma de llamativos neones rosados las palabras “Amor”,
“Esperanza”, y “Asombro”.
Más que copiarlo, Anhell lo invoca: lo
honra desde la autonomía de sus propios motivos, no lo contradice en sus
enseñanzas pero sí le arroja sobre la cara nuevas formas de representar modelos
que Beto tiene en su propia obra: perros bulldog, barriales y chulos,
potencialmente agresivos pero leales. Pero también propone sus propias fusiones
como cantantes de neoflamenco como La Rosalía con orejitas. Cada lienzo es un
ladrido contenido con elegancia de puñal.
Su admiración no es devoción ciega, sino gratitud lúcida hacia quien le enseñó que el arte, antes que trazo, es disciplina. Y que navegar el tumultuoso mundo de egos del graffiti, su primer amor, se hace más liviano en jauría. Con lealtad a los de siempre y generosidad para quienes están recién comenzando y están ávidos de aprender.
*Encuentras al artista en Instagram en @anhelldog
** Se puede visitar la exposición “Verano”
hasta el 02/08/25, y luego por cita previa en C/Espalter, 13, (Madrid, 28014).
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