Sous le ciel de Paris… le business de l’art
Sous le ciel de Paris… le business de l’art
Visité ambos espacios sin haber investigado previamente sobre ellos, y siendo la única visita a colección pictórica del día. Ambos grupos empresariales llevan en un tiempo en el terreno artístico, pero no había tenido aun la oportunidad de recorrer sus espacios.
La Bolsa de Comercio de París es un edificio de planta circular rematado con una (increíble) cúpula ubicado en la rue de Viarmes, en el distrito I de París. El edificio de la antigua Bolsa ha sido reformado por el arquitecto japonés multipremiado Tadao Ando para albergar la Collection Pinault.
Este proyecto representa sin dudas la consecución del sueño de un hombre. Un hombre con intereses culturales y amante del arte pero, como pasaría con cualquiera que emprendiese semejante aventura desde la pasión y el deseo, con un gusto personalísimo que no necesariamente refleja con claridad un hilo narrativo.
François Pinault inició la colección alrededor de los años 70 adquiriendo pintura (predilección por artistas franceses del siglo XX, para luego agregar piezas de estadounidenses e incursionar en el arte contemporáneo). El tamaño exacto de su acervo se desconoce y es difícil de precisar. Por un lado, porque la compra-venta en el mercado es fluida, y por el otro, porque entre las obras exhibidas una parte pertenecen a préstamos temporales.
El espacio, sin ser el ideal para su fin– los espacios circulares siempre representan un desafío a la hora de distribuir obras bidimensionales – posee una fuerza y un contraste de texturas (hay tanta presencia de madera original de la Bolsa anterior como de cemento en el sector central, además de vidrio en ventanas y escaleras) y de periodos históricos. Ese juego constructivo de antiguo/nuevo está muy bien resuelto y se integra armónicamente.
Una prueba clara y presque anecdótica de las dificultades de los pasillos circulares para el visitante es que han debido dedicar algunos miembros del personal a orientar a los visitantes que circulan por el área de aseos y guardarropa; observando si tienen intenciones de dejar el lugar. Se acercan y preguntan a los desorientados visitantes si acaso están buscando la salida e indican la dirección correcta y directa hacia ella. En conclusión, la Pinault Collection tiene entre sus manos la posibilidad de volverse un espacio de legitimación clave para un artista a la vez. ¿Cómo? a través de un solo show en su sala central. Quien exponga allí tendrá la posibilidad de contar con un espacio de visibilidad único en un sitio de gran afluencia (desde que abrió sus puertas, la Bourse recibe a cientos de visitantes cada día (abre todos los días excepto los martes, de 11 am a 7 pm, los viernes hasta las 9 pm, y su entrada general tiene un valor de €14).
Nos trasladamos ahora al Distrito 16, al número 8 de la Avenue du Mahatma Gandhi frente al parque Bois de Boulogne para encontrarnos frente a otro edificio que no deja indiferente: un museo construido por el grupo LVMH que tiene como objetivo promover el arte y la cultura, y apoyar las acciones de mecenazgo emprendidas desde 1990. El diseño es obra del archifamoso Frank Gehry (Canada,1929) y ha sido inaugurado en 2014. Su interior respeta el concepto expositivo de “mientras menos, mejor” y reluce en blanco. Es totalmente accesible, y posee un total de 11 galerías de exposición que albergan obras dentro de cuatro categorías; arte contemplativo, pop, expresionista, y música y sonido.
En base a la exquisitez de montaje de la exposición que visité (« Monet - Mitchell » ) puedo afirmar que á mon avis, la Fundacion LV debería ser un “incontournable” (indispensable, para no perdérselo) de París al mismo nivel que el Museo del Louvre o el de Orsay. Está sin dudas a la altura de la oferta cultural de nivel por la cual es famosa la ciudad, con precios y prestaciones similares (el combo museo + café interior + tienda de souvenirs de diseño). Como diferencia con respecto al espacio anteriormente descrito, había mucho más personal de sala (en este momento alberga una exposición interreelacionando obras de Joan Mitchell con otras de Claude Monet, y las obras altamente valuadas de Monet no tienen en muchos casos ningún tipo de protección especial más que la vigilancia atenta de un guardia de sala. Y digo un porque todos los que he visto han sido varones). Por cierto, el día después de la exposición recordaba el personal que me atendió en las diferentes partes del museo y subieron un post a su feed de Instagram donde se puede ver a un agente de seguridad explicando por qué una obra de su elección es su favorita, y qué piensa de las reacciones del público ante la misma en unos breves segundos de video. Ese tipo de interpretaciones me parecen un gran aporte al proyecto de una exposición, amén de constituir una movida de redes sociales efectiva y original.
El criterio curatorial que me he encontrado se basaba en hacer dialogar pinturas de ambos artistas relacionándolas tanto por temas, tintes, o tratamiento (recuerdo un caso donde se enfrentaban dos pinturas donde los artistas han dejado espacio blanco de fondo). En cuanto al corpus de obra de Mitchell, me llevé la idea que considerar su trabajo como exclusivamente abstracto es subestimar sus posibilidades: hay un manejo de paletas de color y una apreciación de la naturaleza muy claves para posicionarla como una referente de su momento.
La Fundación abre todos los días excepto los martes, entre las 10 am y las 8 pm, los viernes hasta las 9 pm, y su entrada general tiene un valor de €16).
Como conclusión: dos edificios emblemáticos, dos colecciones privadas, dos conceptos distintos. A cada quien corresponde deambular sin prisas por ambos (hay disponibles audioguías y visitas guiadas a cargo de miembros del staff) y hacerlos propios.
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